jueves, 30 de julio de 2009

Fragmentos cobijados en almendras & susurros.

Cada trozo pertenece a un escrito, un instante, una vida...

Viví y desperté con la ilusión, la que en pocas horas se derriba por lo real.
Esperaba vivir la vida en horas,
esperaba cobijarme en un manto de abrazos para olvidar la soledad de los días,
esperaba sentir que estoy viva otra vez.
Ellos hacían poesía con sus cuerpos.-



Susurros nocturnos de abril hacían el otoño predilecto.
Y sobre el lecho florecían besos, y en las sábanas se enrredaban.
No podían contener el amor...-



Y volvemos a ser otoño y también abril.
Nos enamoramos otra vez susurrando interminable pasión.
Nos cobijó el atardecer de almendras, nos pilló la noche.
Dormimos bajo un cielo cómplice.-



Se hacían uno al anochecer,
se empapaban de rocío,
ignoraban la mesura,
entregaban buen amor.
Al alba aún están ahí ...ya dormidos en ternura.-



Nada detiene el paso por la travesía de la locura,
nada detiene a la pasión que nace en arrullo,
nada puede exterminar la más bella historia.
Bello abril, junio en recuerdos.-



Aún estabas ahí al amancer con el amor intacto,
tu cuerpo junto al mío, con ese trozo de mar prometido que se desbordaba en locuras,
para navegar en sueños.
Con la misma ilusión de hacernos uno otra vez.-